lunes, 20 de diciembre de 2010

Recital poético ALAS

Proyecto de Ignacio del Valle en colaboración con el Espacio Cultural Larios Centro.


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Semana del 15 al 20 de noviembre 2010. Los poemas de las 17 autoras del grupo ALAS sonaron por la megafonía de Larios Centro, se repartieron mil poemarios diseñados por Ignacio del Valle culminando los actos el sábado noche con el recital en directo de las poetas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

LA VIDA

• La vida está enferma
y la trato con píldoras de voluntad
cada mañana.




• La vida me pierde
ante un nada generoso
que hace feliz





• Pierdo el desespero
Y espero impaciente la sombra
de tu nombre.






• Las tímidas arrugas de la madurez
Desnudan las experiencias vividas.

LA SOLEDAD

No se me queja soledad
es sólo
que estas paredes no conversan
No me quejo de dormir sola
sólo es
que mi almohada no me abraza
No me siento aislada
es únicamente
que a mi misma me pertenezco

COMO HURACÁN

Como huracán irrumpió en mi vida.
Como huracán se ha marchado.
Sólo dejó El miedo acurrucado.

DESDE LA PASIÓN

Desde la pasión…
te extraño.

Desde el dolor…
te anulo.

Desde el recuerdo…
que difícil olvidar
a quien no te olvida.

Él

Él
Dolor
Otra vez él
Desequilibrio
Ella
Cinismo
Ellos
Traición
Tu
¿Yo?
Desconcertada

LA VENGANZA

LA VENGANZA

UNA vez más y como siempre, tocó el timbre a las once de la noche. Sabía que no podía venir a casa, que estábamos en proceso de separación y con un seguimiento psicológico para no tirarnos los trastos a la cabeza, pero su única intención era volver a echar un polvo. Esta vez volvía con cara risueña, con una botella de vino en una mano y con una rosa en la otra. No puse objeción alguna, todo lo contrario, le hice pasar rápidamente y preparé el ambiente con velas rojas, varitas de incienso y como música de fondo elegí a Chavela Vargas, con su maravillosa y sinuosa canción En el último trago. De esta manera, quería decirle que sería la última vez que volveríamos a vernos a solas en casa, aunque él, con su torpeza acostumbrada no supo captar el mensaje.
En la primera copa, brindé por nuestra amistad y le hice creer mi comprensión sobre su indecisión entre su amante y yo. En la segunda copa, sólo brindé por nosotros y le pedí que se desnudara, a la vez que yo me desprendía de mis ligeros atuendos e insinuantemente le pedí bailar cuerpo a cuerpo, sintiendo nuestra piel desnuda. Ofrecí como mi única arma de descubrimiento sensual mis manos, haciéndole sentir cada yema de mis dedos en cada parte de su cuerpo rodeando sus genitales, sin tocarlos ni delegar en ellos. Su cuerpo ardía y sudaba. Sus manos respondían a las caricias y le pedí melosamente que se limitara a ser exclusivamente receptivo. Así, dulcemente lo arrastré hacia el sofá, rastreando su cuerpo con mis labios y mi lengua, parándome y recreándome en esas partes donde hacían pronunciar sus gemidos. Derramé el vino alrededor de su pene y lo recogí sorbo a sorbo, sin locura, simplemente con dulzura, dejando que fogara sus deseos. En el intento de penetración, le pedí que se marchara, recordándole que la psicóloga nos tenía prohibido cualquier tipo de relación sexual.
-¡Nunca he sentido tanto!-dijo, mientras abría la puerta.
-¡Espero que nunca lo olvides! Mañana pediré la separación-dije tranquilamente y cerré la puerta.